El adulto (en toda la novela no se especifica su nombre) regresa a su
pueblo natal por funerales. Pero antes de llegar a la casa de su
hermana, decide pasar por el lugar a donde anteriormente se encontraba
la casa en donde sus padres habían vivido.
Sin embargo, estando en el lugar, decide seguir el camino, hasta una
destartalada granja, la granja de las Hempstock y pasar a darse una
vuelta. Al entrar, se encuentra con una anciana que le da la bienvenida.
Al principio, él no alcanza a reconocerla del todo, pero luego se da
cuenta de la familiaridad de aquella cara y le dice "usteed me dio
leche", a lo que reflexiona y le dice, "aunque debe haber sido su madre"
Sin embargo, recuerda algo más y le pide permiso para ir al estanque
del fondo, a lo que la anciana accede.
Cuando el adulto se sienta, todo parece volver, de improviso, como una
oleada y es cuando se da cuenta que, sin haberlo recordado hasta ese
momento, todo lo que él conocía, todo lo que nosotros conocemos, bien
pudo haber desaparecido.
El adulto, ahora es de nuevo un niño y va recordando cómo las cosas
comenzaron cuando un minero decidió suicidarse en el automóvil de su
padre. A partir de ese momento, la vida del niño cambiaría de forma
drástica. Aquella muerte parece que le da la excusa a una "pulga" para
salir de los confines de la granja Hempstock y comenzar a seguir su
naturaleza. Así que Lettie Hempstock, la niña de la granja, contando con
once años, decide que será ella quien se deshaga de aquella "pulga",
accediendo a llevarse al niño a su granja para hacerlo, advirtiéndole
que no se suelte de su mano.
Cuando llegan al lugar en donde se encuentra la "pulga", el niño se da
cuenta de que la dichosa "pulga" es en realidad enorme y es una especie
de tela enorme, ondeando con sus jirones al viento, con algo similar a
una cara en el centro. Lettie le dice que regrese al lugar de donde
vino, a lo que la "pulga" le dice que no, y mientras Lettie se concentra
en hacer una especie de oración en un idioma desconocido para el niño,
una enorme bola de algo, se dirige a ellos y en ese momento, el niño
detiene la susodicha bola con ambas manos. En ese momento él siente como
algo como una espina se clava en su pie. La "pulga" retrocede y los
niños regresan a la granja.
El niño, en casa, va y se duerme. Al día siguiente se da cuenta que
tiene un agujerito en el pie, de donde, después de algo de lucha, logra
sacar un gusano o al menos, parte de él, que termina por morir fuera de
su cuerpo.
Al mismo tiempo, llega una nueva gobernanta (digamos una espcie de
institutriz para los niños, el protagonista y su hermana) de nombre
Ursula Monkton, quien se gana a la hermanita del niño de primas a
primeras, pero de quien el niño desconfía casi por instinto. Claro está,
Ursula no es otra que la pulga, quien viaja totalmente fuera de la
granja a través del pie del niño. Aquella "pulga" se encarga de darle a
todos lo que desean, pero al niño lo quiere encerrar, porque es quien le
sirvió de puerta a este mundo. Con todo, Ursula se gana a la familia y
sobre todo al padre del niño, con quien comienza a tener una aventura.
El niño logra escaparse y llega al bosque, en donde es alcanzado por
Ursula, en su forma de vieja tela ruinosa, pero es rescatado por Lettie,
la niña Hempstock y es llevado a la granja de regreso. Mientras idean
la forma de ayudar al niño entre las tres Hempstock (Ginny, Lettie y la
anciana Hempstock), el niño se comienza a dar cuenta que aquellas tres
mujeres no tienen edad. La anciana estaba ahí cuando el Big Bang sucedió
y seguramente estaría ahí cuando el siguiente viniera y Lettie había
tenido once años por más tiempo del que pudiese contarse.
En fin, Lettie se encarga de acorralar a Ursula y de llamar a Los
Pájaros del Hambre" para que se coman a la molesta pulga. Todo hubiese
sido perfecto, pero resulta que algo de aquella puerta por la Ursula
había cruzado se encontraba aún en el corazón del niño, y los pájaros
del hambre se dedican a limpiar, por completo, las carroñas y el niño
conserva aún algo de aquella carroña por la que había sido llamadas.
Luego de un rápido pensamiento el niño decide que lo mejor es
sacrificarse, pues los pájaros, él lo vé, son capaces de acabar incluso
con constelaciones enteras.
Cuando finalmente los pájaros están por dar cuenta del niño, Lettie se
interpone y lo salva, a costa de parte de su existencia. Sin embargo la
anciana Hempstock interviene y los ahuyenta.
El adulto, adulto de nuevo ahora, para de recordar todo aquello y le
pregunta a la anciana si es que Lettie está bien, a lo que la anciana le
dice que está recuperándose.
Al ir de regreso a su casa, el adulto ya ha olvidado todo, como CADA VEZ
que había llegado a la granja y solo sabe que Lettie anda de viaje en
Australia.
A grandes rasgos, esto es el maravillosísimo libro de Gaiman. Si algo
puedo decir con toda la felicidad que se puede sentir al recordarlo, es
que con este libro, en serio, se viaja de nuevo al mundo de los temores y
alegrías infantiles que tanto trabajo nos cuesta olvidar y plantearnos,
en la adultez, como tonterías.
Esta es una novela corta, de un poco más de doescientas páginas y de una
letra grande, pero que se disfruta página a página, sin lugar a dudas.
He sonreído en cada capítulo, he recordado aquellos temores, aquellas
alegrías sencillas y le he agradecido a Neil Gaiman por esta historia
tan preciosa. Que si le recomiendo leerla? Já, usted qué cree? LÉALA,
CRÉAME, LE URGE!! Además y como siempre, recuerde EL CONOCIMIENTO ES
PODER.