sábado, 8 de noviembre de 2014

La Pava (poema de Francisco Torres)

Hoy no es nada mío... es simplemente que a alguien a quien quiero mucho le gustó este poema y la verdad es que no deja de tener su gracia:


LA PAVA

Por entre las flores que adornan la reja,
asoma la cara alegre y risueña
una zagalilla, modelo de hembra:
con ojos muy negros y tez muy morena
ha poco un mocito de hechuras flamencas
de prisa y gozoso a la calle lega,
y el paso detiene ante aquella reja
que es altar y trono...
¡Altar de su diosa, trono de su reina!

Ya están frente a frente,
la pava comienza:
- Hola Carmencilla. - ¡Hola, buena pieza!
A dónde has estado Currillo...? ¡Contesta!
¿por qué no ha venío a la ocho y meía
como toa la noche...? ¡Me tié contenta!
Hace algún tiempo que tengo sospecha
de que tú me engaña, si verdá fuera
te juro por esta...

- ¿Qué ice, serrana?
- Que eres una prenda, que me engaña, curro,
- ¿Yo engañarte, reina?... ¿Has perdío el juicio?
- Quisieras lo pierda. ¿Te parece bonito
tenerme cerca de do hora esperando?

- Nena e que yo...
- No quíeo iscurpa...
- Espera y escucha un itante tan solo,
princesa, que un grillo se escucha y vale una perra.
- Y tú vale menoque un grillo, tronera...
No quío escucharte mentira,
- Carmela!... no tíe... reparo, no tíe prudencia,
- Ni tu tíe vergüenza.
- Por Dios, no te enfade que pone muy fea
tu cara bonita, tu cara de reina...

- ¿Ya viene con flor...? Pue largo con ella,
que aquí por fortuna no sobra maceta...
- ¿Por qué eso modale, por qué? Dí,
Carmela...
- Porque tengo celo.
- ¿Quién e esa hembra
que amarga tu vía?

- No lo sé; cualquiera...
Yo no la conozco ni quíeo conocerla;
una lagartona que te quíe pa ella
y no le importa er que yo me muera.
- Ar que eso te ha dicho que te güerva el dinero.
Mira mi arma toa entera
era e mi mare cuando a tío morena,
no te conocía; más la noche aquella
en que yo te vi por la vez primera,
la partí por medio pa que ansina sea
la mitá pa tí, la mitá pa ella...

- Renuncio a mi parte de arma tan perra...
- ¿Qué ice? - Lo dicho: tú si dúa piensa
que vas a engañarme con la labia esa
Qu el Señó te ha dao. Pue no te lo crea,
que si tú ere pillo, yo soy tan lela.

- ¿Es que te has propuesto que tengamos
gresca?

- Lo que yo deseo e que ya no güerva
má por esta calle, porque yo a la reja
no bajo ni a tiro pa que tú me veas...
- Ni farta que hace; no pase tú pena
por eso, chiquilla, ecuída, Carmela,
que yo te prometo darte gusto. ¡Ea!
Adió, señorita...

- Adió, sinvergüenza...

La dama, nerviosa, la ventana cierra
y tras la persiana marchar la contempla;
él a cada paso vuelve la cabeza
y exclama entre dientes:

- ¡Que baje mañana a la reja Dió mío!
Y entre tanto, ella se queda gimiendo:
-¡ Dió mío! ¡Que güerva!
Francisco TORRES

Así pues, se los dejo, para ver si también les deja una sonrisa :)

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