martes, 22 de abril de 2008

Día del Planeta

El Día del Planeta Tierra (22 de Abril, 2008).

Felicidades Planeta!!!!!!!!

Bien, este es el día que se ha designado como el día del planeta tierra, y está pensado precisamente para que todos pensemos, reflexionemos y (sobre todo) actuemos para evitar que nuestro planeta termine hecho un desastre (más todavía).

Si bien es cierto existen una gran cantidad de alarmistas que afirman que el planeta está al borde del colapso (aclaro que le llamo “alarmistas” a todos aquellos que dicen que el mundo “se acaba mañana”, cosa que, de hecho, se viene diciendo desde hace muuuuuuchos años), también es lo cierto que los cambios de clima son un hecho que nadie puede negar.

Con todo y eso, lo cierto es que todos (nótese por favor que digo TODOS), estamos en la obligación de analizar con cuidado lo que estamos haciendo para proteger el planeta.

La cuestión de la conciencia suele ser algo que nos molesta a todos, sobre todo cuando nos han vendido la idea de que estamos viviendo en un país en donde el que paga, hace lo que quiere. La humanidad ha hecho del planeta su depósito de comodidades y basura. En un afán de hacer de nuestras vidas un mar de comodidades, hemos consentido la creación de más de 100,000 productos contaminantes. Repito, esto no se trata de volver al mundo de las cavernas en donde la convivencia armónica con la naturaleza era mayor, pues en definitiva ninguno de nosotros estaría en la disposición de, por ejemplo renunciar a nuestras computadoras por la gran cantidad de contaminantes que se desprenden al medio en el proceso de fabricación de todos y cada uno de los componentes de éstas. Sin embargo, con una conciencia más clara es posible que empecemos a hacer algo.

Algo muy cierto es que, para todos, es más fácil aceptar las cosas como vienen, pues no tenemos necesidad de “complicar” nuestras vidas con hábitos nuevos. Sin embargo, una vez adquiridos dichos hábitos, las cosas luego nos parecen naturales.

Lo anterior viene simple y sencillamente por el hecho de que, por ejemplo, para muchos de nosotros resulta chocante ver como el niño, o el adulto que, después de haberse tomado una bolsa con agua, tira por la ventana del bus la bolsa vacía en lugar de esperar a tirarla en un basurero, o, mejor aún, botarla en el basurero que el bus debería llevar. Ese tipo de conductas, son las que debemos cultivar, en una escala un tanto mayor.

El problema es que, para ello, hace falta una enorme labor de concientización por parte de todos nosotros, como miembros activos de una sociedad y no esperar que todo sea resuelto por las autoridades competentes.

Lo anterior conduce, precisamente al siguiente eslabón de la cadena. El Estado no tiene porque ser responsable de todos y cada uno de los actos de nosotros como parte de la sociedad. Precisamente ahí, es donde muchos de nosotros fallamos y pretendemos dejárselo todo a papá gobierno, con el pretexto de que están ahí para eso. Sin embargo, es posible hacer “peticiones”, por ejemplo en cuanto a un mayor protagonismo de las autoridades respectivas, siendo el caso que nuestro Ministerio del Medio Ambiente no es más que una figura de ornato en la vida política nacional, y que no hace más que seguirle el juego a las grandes corporaciones, junto a otras instituciones como CONCULTURA, según esta nota de El Faro, en donde vemos cómo los grandes intereses siguen prevalenciendo, muy por encima de nuestro pasado o, como es bastante obvio, por encima de nuestro presente.

Sin embargo y volviendo a nuestra cuota de responsabilidad, no costaría nada, por ejemplo, llevar nuestra propia bolsa (vacía, que conste, para que nos la dejen pasar) de papel al supermercado para evitar el consumo extra de plásticos o intentar dejar de utilizar el automóvil (para aquellos que lo tienen) para todas las actividades de movilización, incluso cuando se trate de ir a la tienda de la esquina (y conozco a muchos que lo hacen de esta forma). Claro, lo del auto con los precios actuales de la gasolina como que ha dejado de ser un problema, pero creo que ayuda ejemplificar mi punto.

Por otro lado, también las grandes corporaciones deberían poner de su parte como en otros países. En Japón, por ejemplo (al menos en ciertos lugares), las personas llevan sus desechos reciclables a depositarlos en los lugares designados para este fin, dentro de los supermercados, luego reciben vales canjeables por productos dentro del supermercado. Esta es una iniciativa que podría ser copiada por los grandes propietarios de supermercados del país (bueno, del extranjero, siendo que ahora el todopoderoso Wal Mart es quien manda) para ayudar a crear conciencia en todos y cada uno de nosotros de la importancia que esta actividad (del reciclaje) implica.

Lo anterior no implica necesariamente un gasto para los propietarios del supermercado, pues estas mismas materias reciclables, habrán de venderse luego a las empresas que se encargan de procesar todos estos materiales, lo que terminaría en una verdadera relación simbiótica entre consumidores, empresa de supermercados y empresas recicladoras. Es decir, una relación en la que todos ganan.

Todos debemos aprender a poner de nuestra parte para lograr que nuestro planeta no termine realmente colapsando como afirman tantas y tantas personas alrededor del mundo. Si bien es cierto, nuestros recursos aún son capaces de brindarnos lo necesario por algunos años más, no es el caso que debamos esperar precisamente hasta que no haya recursos que explotar para actuar y darnos cuenta de que los países ricos, no serán absolutamente nada, ni siquiera ellos, cuando no haya más recursos en los que invertir las cantidades ingentes de dinero que tienen; mucho menos, lo seremos nosotros, como países tercermundistas (o de un mundo de tercera, como decía el inmortal Mario Moreno “Cantinflas”)

Saludos a todos.

martes, 15 de abril de 2008

Otro premio

Bien, este es un post que tendría que haber publicado hace ya ratos, siendo que el buen amigo Raúl me otorgó este premio hace ya varios días.




Mis disculpas Raúl, pero es que he estado con un poco de cosas que arreglar por todos los rincones de mi existencia. Como sea, aquí está que me fue otorgado el premio Calidez y las reglas son similares a las del meme que recién acaba de andar en voga por ahí, así que menciono a los que a mi parecer se lo merecen, por purititas razones parcializadas, es decir, porque son personas que aprecio o de las que me agrada su blog:

1. El Vandelium
2. El Compadre Carlos Trío
3. La princesita soñadora
4. David (sobre todo por que no le gustan las cadenas XD)
5. Litzardo Rivas

No me queda más que decirle a Raúl, gracias, una vez más. Nos seguimos leyendo.

miércoles, 9 de abril de 2008

Requiem por todo aquello que fue

El adiós, ¿qué es el adiós sino una muerte que se alarga con todas las miserias de un calendario?

Las despedidas son esos trozos de recuerdo que, estando en el presente, no hacen más que escurrir a cuentagotas la vida que se nos escapa por los ojos, con lentitud, con crueldad, como la respiración del condenado a muerte.

Es impresionante cómo nos damos cuenta la forma en la que nuestra mente nos juega las bromas más pesadas, cuando deja que se escapen por la puerta trasera todas las razones por las cuales nuestra melancolía termina siendo siempre la ganadora.

Cuando te das cuenta de la terrible inminencia del adiós no hay nada que no te haga darte cuenta de ello. La forma en la que te repetís una y otra vez: "Esta es la última vez que veo este paisaje", "esta es la última vez que camino por este lugar", "esta es la última vez que estoy con... todos estos amigos"

"Lo que no te mata te fortalece", sí, es cierto, pero no es menos cierto que con cada persona de la que uno se despide un trozo de vida se escapa, ¿no es eso morir a través de un agujerito en la pared?

La vida no es más que una serie de éxodos, de búsquedas de oportunidades, oportunidades para sobrevivir, oportunidades para compartir, oportunidades para saber que no somos un lugar más, sino un lugar especial, al que más de alguien quiere llamar hogar.

Y sin embargo, el lente del tiempo siempre se empaña, el colador del reloj siempre deja los momentos en los que las sonrisas eran abundantes y hace que todo lo demás vaya a dar al basurero. Y una vez más, empezamos, intentamos, somos y... nuevamente dejamos de ser.

Sé que aún debo el post del premio que tan gentilmente el amigo Raúl me otorgó, prometo que el siguiente será el respectivo post para otorgarlo a alguien más, de momento, la necesidad de mis dedos es ésta. Lo sé, lo sé, como siempre... lo sé. EL SHOW DEBE CONTINUAR



Saludos a todos.

martes, 1 de abril de 2008

Debajo del Puente - Pedro Guerra

Pedro Guerra es un español, originario de las Islas Canarias, de la Isla de Tenerife, para ser más precisos y es desde siempre un maravilloso cantautor.

Una de las canciones más conocidas es Todo por amor, tema de una telenovela mexicana, más no es la única canción "buena" que tiene.

Dentro de sus canciones más particulares podemos encontrar:

Gente Sola, Pasaba por aquí (Tributo a Luis Eduardo Auté), Contamíname y una larga lista de etcéteras, además de una enorme cantidad de colaboraciones en letra y música de canciones de famosos solistas y grupos como Cómplices, Ana Belén, etc.

La canción que les dejo en esta ocasión se llama Debajo del Puente, de su producción Tan Cerca de Mí de 1996, espero les guste:






Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.

Y arriba del puente
las cosas pendientes,
la gente que pasa,
que mira y no siente.
Tomates, lechugas
y pan del mercado,
te quiero, te odio,
me tienes cansado.
Y arriba del puente
las cosas de siempre,
no quiero mirarte,
no quiero quererte,
café con azúcar,
quiniela y olvido,
quién sabe del mundo
debajo del río.

Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.

Y arriba del puente
la calle, el colegio,
los niños, los gritos,
te vas sin un beso,
tu amor y el atasco,
me agobia la prisa,
los días que pasan,
la mierda que pisas.
Y arriba del puente
las ocho con frío,
lo tuyo es lo tuyo,
lo mío es lo mío,
carteles y bolsos,
tirones y olvido,
cualquiera te vende
un billete hasta el río.

Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.

Y arriba del puente
están los de arriba,
están los de abajo,
que es menos que arriba,
y luego está el puente,
que es menos que abajo.
Yo pienso en mi casa,
mi amor, mi trabajo.

Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.