jueves, 4 de octubre de 2007

Recuerdos Despintados

Recuerdos Despintados.

Hace algunos días, sin yo quererlo, debo decirlo, me ví en la reunión de la promoción 1992 del colegio (carajo, sí que estoy viejo).

Jamás había estado en una de esas reuniones, y debo admitir que espero jamás volver a estarlo. No soy del tipo sociable y lleno de deseos de ver a los fantasmas del pasado.

Lo cierto es que vi mucha gente que tenía años de no ver, incluyendo enemigos, “panitas”, viejos amores, viejas amantes, fracasados, triunfadores, renegados, miembros de uno y otro y otro partido político que decidieron hacer la guerra en el momento en que cada uno sacó sus preferencias, coroneles (esta es la razón más grande para no volver a llegar a esas reuniones), ex combatientes (aunque parezca mentira), casadas, divorciadas, solteras, casados, divorciados, solteros... Mucha, mucha gente, con la cual ya no tenemos más en común que el simple hecho de habernos graduado del mismo lugar.

Quiero aclarar que no estoy demeritando las reuniones de las promociones, sino, más bien, estoy aclarando que siempre he sido y siempre seré un tipo raro, al que no le gusta la compañía de los seres humanos (por eso digo siempre que Eva, es una extraterrestre).

En fin, logramos hacer un grupito dentro de todo el murmullo de personas y dicho grupo estaba conformado por: Castaneda (el Ingeniero Castaneda, según nos hizo notar), el Pato, mismo que, de hecho no se graduó del colegio pero siempre añoró los tiempos de éste, el Peche, que por cierto se hizo Militar, Alicia (ay!, los viejos amores), ahora convertida en odontóloga, Simón, ahora todo un licenciado en Inglés, Ivis, una doctora (muy hermosa, además) y un servidor.

Conforme el tiempo pasaba y los recuerdos salían cada vez más a cuenta, la primera en desmoronarse fue Ivis, quien empezó a llorar como Magdalena y nos contó que su esposo la maltrataba (cosa rara tanta confidencia, si ninguno de nosotros, excepto el Peche había tomado un solo trago). De alguna forma intentamos consolar a la pobre Ivis y le dijimos que lo mejor, en definitiva, era separarse y plantarle reverenda demanda por maltrato. Ella calló, nos miró y al mejor estilo de las novelas, nos dijo... “pero es que yo lo quiero” Frase que a todos los hombres (lógico, somos más tontos en esos temas), nos dejó callados. Sólo Alicia, con algunas lágrimas en los ojos, le dijo que no fuera babosa y que lo más lógico era plantarle la demanda, si ya ella (Ivis) había tratado de hablar con el fulano y había resultado peor.

Como pudimos, logramos salir del engorroso tema (sí, como cualquier ser humano, buscamos la huída, en lugar de enfrentar el problema, Ivis incluída, claro está) e Ivis dijo que iba a pensar seriamente lo de la demanda. Por supuesto todos estamos seguros de que Ivis, con toda claridad, no estaba dipuesta a pensarlo siquiera.

Alicia fue la segunda en sincerarse y, para mi sorpresa, me espetó en mi cara mi falta de valor, ya que jamás me le había declarado y por aquella razón ella tuvo que aceptar a otro fulano que, al igual que a Ivis, la hizo sufrir. Al principio me resultó gracioso, pero después me di cuenta de que Alicia estaba hablando con toda la sinceridad del mundo. No supe que decir, sobre todo porque lo de la falta de valor era total y absolutamente cierto: Alicia fue mi amor platónico durante todo mi segundo ciclo y bachillerato, pero jamás le dije nada, tal vez por temor que se estropeara lo que teníamos como amigos, tal vez por el simple hecho de que me faltaron “agallas”. Como sea, el Pato me salvó la vida diciendo que en todo caso, no había porque culparme si en realidad quien aceptó al otro fulano (cuyo nombre, por cierto es igualito que el cazador de Bugs Bunny: Elmer) y de forma apresurada, fue ella.

Pero la cosa fue todavía peor, pues ella empezó a decir que ella siempre había sabido que yo me moría por ella y que por consiguiente yo sí tenía responsabilidad porque lo único que tenía que haber hecho yo era preguntarle si quería ser su novia. En realidad me sentí tremendamente incómodo... y ridículo por aquella situación.

Sin embargo, no pude evitar hacer lo que siempre tiendo a hacer: analizar a las personas. Y me di cuenta de que, pese a que Ivis es una doctora en medicina con relativos buenos ingresos, y que Alicia es una Odontóloga que además de extirpar muelas, extirpa también buenos dólares por ello, ambas eran una muestra clara de nuestra sociedad, en la que nos esforzamos tanto por sacar una carrera, al grado de descuidar de forma casi total nuestra vida personal, olvidándonos de nuestras necesidades y pensando sólo en un futuro que estamos seguros (aunque no sea así) que llegará, y que todos los sacrificios cometidos hoy, serán recompensados en algún momento mañana, lo cual, es un craso error, sobre todo si tomamos en cuenta de que la única forma de construir un futuro, es haciendo las cosas desde hoy, como debería ser, o al menos, como quisiésemos que fueran.

En el afán de no quedarse en soledad, dos grandes mujeres ahora sufren maltrato, en el afán de ser triunfadoras en su vida profesional, hay dos grandes mujeres que no pueden mirar a nadie de frente porque se avergüenzan de lo que son en sus vidas personales.

La vida es graciosa y cruel, y no es igual para nadie, todos tenemos fantasmas, presentes o pasados, y todos parecen arrepentirse de algo, siempre lo he dicho, la humanidad no debería existir... pero existimos.

CONTINUARÁ...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

yesterday's people end up scatterbrain
Hay que mantener el blog vivo, excelente post, me pones a pensar en mi pasado tambien, ironicamente tambien hay reunion en mi colegio, siempre por lo de la expo, no pienso poner un pie ahi...

Unknown dijo...

Bueno y si ella (Alicia) tenía tanta certeza... no es ella culpable por no haber hecho algo? Digo... pués también tenía boca

:P

Litzardo Rivas dijo...

lo unico que los recuerdos nos recuerdan son las ambiciones frustadas del sueño, o el amor institivo de la soledad....

Nasty Heroes dijo...

@David: Gracias por el elogio my friend, yo tampoco pensaba poner un pie por ahí, pero casi que me ví arrastrado. Saludos David.

@Aniuxa: Pues sí, la verdad que ella también tenía algo de responsabilidad, pero te aseguro que fue incómodo, muuuuuuuuuuuuuy incómodo. Saludos Aniuxa, que bueno verte por acá de nuevo

@Litzardo: Completamente cierto, pero esos recuerdos me recordaron mi amor instintivo y aprendido por mí soledad.

Un saludo Litzardo

JC dijo...

Como no sé si lo que has contado es literatura de ficción o no, me abstendré de echar algunas puteadas que habían pasado por mi mente.

Sólo diré lo siguiente:

"(carajo, sí que estoy viejo)"

Siempre se puede estar peor: te lo aseguro.

En cuanto a la paradoja de ser pendejo y tener pisto: "lo que natura no da, el dólar no lo presta"

Saludos

Nasty Heroes dijo...

@JC: No es ficción, en cuanto a las puteadas, tranquilo, échelas sin compasión compadre.

Un saludo y todavía guardo la esperanza de que el hacker que se atrevió a tocar a La Terminal pague con sangre.

Nasty Heroes dijo...

@Virginia: En realidad tenés razón, viéndolo bien, QUE VIVAN LOS HACKERS!!!!!

Princesita Soñadora dijo...

La vida es graciosa y cruel, y no es igual para nadie, todos tenemos fantasmas, presentes o pasados, y todos parecen arrepentirse de algo, siempre lo he dicho, la humanidad no debería existir... pero existimos.

Esto fue lo ke mas me gustó y la parte de ke sacrificas lo personal por lo profesional...en realidad eso pasa...

me gustó mucho tu blog!! ;)

Nasty Heroes dijo...

@princesita soñadora: Muchas gracias, por el comentario y por darte una vuelta por aquí. Sos bienvenida a hacerlo cuando quieras.

Saludos
Alberto Enrique Chávez Guatemala