domingo, 25 de septiembre de 2011

Moby Dick - Herman Melville


No creo que alguien tan lego como un servidor pueda decir algo que valga la pena sobre un clásico de la literatura como Moby Dick. Sin embargo, y como parte de este ejercicio necesario para mi blog :) haré un esfuerzo.

Novela escrita por Herman Melville hace dos siglos es, aún ahora (si no es que sobre todo ahora) un libro que recoge mucha de la miseria humana.

Moby Dick, en un vistazo general, es un tratado completísimo sobre cetología, lleno de ilustraciones verbales a todas las partes anatómicas, a todas las diferencias de "caracteres" dentro del mundo de los leviatanes.

Mucho más "dentro" de la esencia del libro, es un interesantísimo retrato de un mundo entero, encerrado en un barco, es decir, como una serie de etnias encerradas en un planeta. Dentro de este mundo se dan los mismos problemas que en el mundo real, un poco más grande: problemas de abuso de autoridad, por parte del capitán monomaníaco Ahab; la marginación de la que son objeto las personas con costumbres diferentes, como los arponeros Tashtego, Quequeeg y Dago; los intríngulis de las escalas de mando como Flask, Stubb, Starbuck y finalmente, en la cima, Ahab.

En resumen, Moby Dick relata la obsesión que tiene el capitán Ahab por atrapar a la ballena blanca que, en algún momento anterior, le arranca la pierna y lo deja inválido, más de ánimos que de físico y lo convierte en un ser hosco y obsesionado con la venganza para contra el gigantesco mamífero, lo que lleva al Pequod, el barco en donde sucede la acción, a la total perdición, junto con casi todos sus tripulantes.



"Pueden ustedes llamarme Ismael", es la forma en la que la maravillosa novela comienza y es precisamente este personaje el que nos lleva de la mano a través de la aventura del Pequod mientras busca a Moby Dick e incidentalmente caza otro tipo de cachalotes para sacar el preciado esperma.

Valga decir que leí Moby Dick hace muchos años (en mi adolescencia) y claro está, leí el resumen de unas 122 páginas. Ahora, leyendo la obra completa, me siento preocupado por todos aquellos que se quedan con los resúmenes, y se pierden de la delicia narrativa de los libros originales. Que es lo que desgraciadamente pasa por estas latitudes.

En fin, si usted no ha leído Moby Dick, no se prive de semejante placer.

LEA, RECUERDE QUE EL CONOCIMIENTO ES PODER.

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