sábado, 9 de abril de 2011

Es más fácil no saber...

Hace algunos días escribía sobre lo que parece ser una práctica cerebral muy utilizada últimamente: no tener opiniones sobre lo nada.

Y lo cierto es que he de seguir remachando sobre el asunto, tal vez más por tozudez que por esperanzas de llevar a cabo una revolución neuronal a nivel nacional. Hace pocos días se celebraba el 20 aniversario del "nacimiento" del sistema operativo que, al menos para mí, es el mejor que existe: Linux. Y pues en algunos lugares muchas personas me han preguntado qué es exactamente eso de Linux, sobre todo porque sólo tienen una vaga idea de que es un sistema operativo que es sólo para "nerds". Cuando comienzo a explicar todas las ventajas que representa utilizar un sistema operativo cuya licencia me garantiza que NO soy un pirata que necesita crackear un sistema que, de otra manera me resultaría carísimo de instalar en mi equipo, la mayoría de la gente termina diciéndome "pero Windows es más fácil de usar"

Si analizamos esta frase con un poco de detenimiento, "lo fácil de usar" se ha convertido en una cultura, no sólo nacional, sino casi mundial. No interesa cómo funcionan las cosas, me basta con que funcionen. No quiero saber cómo funciona un teléfono, me basta con que me sirva para llamar, aunque puedan guardar nuestros datos y tendencias al utilizar dicho teléfono; no me interesa cómo funciona el jabón que compro, con que me ayude a mantenerme limpio me basta, aunque esto implique utilizar un producto que han "maquillado" con un nombre bonito para que yo lo compre; no me importa cómo funciona el mundo a mi alrededor, mientras me permitan seguir respirando, aunque esto implique el que otros tengan que padecer para que yo pueda seguir respirando; no me importa si el mundo se va al carajo en el futuro, siempre y cuando esté ahí, mientras yo esté aquí.

En términos generales parece más fácil ignorar los sucesos en nuestro entorno, por el simple hecho de que nos resulta más cómodo para permanecer en nuestra concha. Es preferible ignorar las necesidades de los demás, siempre y cuando las mías estén suplidas; es más fácil ignorar el funcionamiento de la maquinaria social, a simplemente pertenecer a la sociedad; es mucho más cómodo utilizar algo que se sabe que funciona a arriesgarme a conocer más en detalle su funcionamiento.

Ya sea por peraza, por comodidad, por ignorancia transmitida por el entorno (como me dijo el buen amigo don Carlos Ábrego), lo cierto es que la ignorancia, bendita ignorancia, parece estar afincándose en nuestros cerebros con una vertiginosa velocidad y parece que estamos permitiendo que entre, sin más ni más, abriéndole nuestra puerta para que pase y se quede a vivir como un huesped no deseado pero soportable en nuestras vidas.

Nos urge un cambio, necesitamos utilizar nuestro cerebro y nuestra conciencia (que los deberían residir en el mismo lugar) para provocar una subversión de actitudes. Me gustaría decir que con ver o leer noticias basta, pero lo cierto es que es un cambio total de actitud la que se necesita. No estudiar una carrera porque el "cartón" es necesario, sino porque la profesión ha de ayudar a ser mejores humanos para enfrentar el cambio (cambio que existe siempre). Utilizar las cosas sólo por que funcionan, sin interesarnos un poquito en el por qué...

Al final, es precisamente eso lo que deberíamos hacer todos, ante cada situación, ante cada evento, ante cada postal recibida,... preguntarnos simplemente ¿POR QUÉ?

Saludos a todos!!

jueves, 7 de abril de 2011

20 años, como nada

El sistema operativo Linux cumple 20 años, es apenas la adolescencia para el sistema operativo, pero se comporta como todo un adulto en su estabilidad y su fortaleza :)