Mario Benedetti, ese maravilloso juglar de los tiempos de crisis y desencantos, ha dejado al mundo pesando mucho menos de lo que pesaba. Cuando alguien de su calibre se va, lo cierto es que la ingravidez nos asalta sin compasión.
Genio de la melancolía, Benedetti deleitó tardes enteras de soledad arrasadora, enseñándome que hasta para ser un aguafiestas se puede ser elegante.
88 años y decidió decirle adiós a este mundito de mentiras nada piadosas, para convertirse en algo que, de hecho, ya era: INMORTAL. Es decir, murió en vano.
Hasta siempre Mario Benedetti
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2 comentarios:
es sin duda algunos uno de los ultimos grandes poetas que vivos, siempre se le recordara su poesia nunca va a morir y estara siempre con nosotros.
@Litzardo Rivas: Sí, sin duda es de esos que sólo cree que murió, pero se queda con nosotros siempre.
Saludos y gracias por comentar
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