miércoles, 12 de septiembre de 2007

El hombre que debería ser eterno

Leyendo este post de Beka me di cuenta de que jamás he escrito sobre mi padre en este blog. Y si alquien merece un post, en definitiva es él.

Resulta difícil resumir en unas cuantas líneas lo que mi padre con sus 57 años ha significado en mi vida.

Él ha significado casi todo, desde los pleitos y rebeldías de la niñez-juventud, hasta el eterno agradecimiento por estar siempre ahí.

Mi padre es un hombre ejemplar en casi cualquier aspecto que se pueda uno imaginar (o al menos eso digo yo, je).

Ateo consumado, no recuerdo haber escuchado un "Dios mío" escaparse jamás de sus labios.

Siempre fue un fanático del fútbol (cosa que en definitiva yo no heredé) y es tan apasionado de los libros que, a estas alturas tiene más de siete libreras llenas, y ya necesita por lo menos otras dos. Firme defensor de sus principios, ciertamente antiinjusticia (eso sí que me lo heredó), lleno de conocimientos (sería yo feliz con la mitad de su cerebro) y alguien que se deprime mucho cuando ve los "logros" alcanzados después de la guerra.

Es curiosa la forma en que cuando estamos jóvenes solemos detestar tanto a nuestros padres y la forma en la que, a veces, poco a poco nos vamos dando cuenta que todos son, sin excepción alguna, al igual que nosotros, humanos, con tantas virtudes como defectos y que todos, al igual que nosotros, desean al menos una segunda oportunidad (aunque, al igual que nosotros, no siempre lo admitamos)


En mi niñez-adolescencia, mi padre tuvo obsesión compulsiva por verme estudiando, no podía verme jugando, porque era siempre la misma cantaleta: "estudie mono", y llegué a detestar aquella frase y tuvimos tantos malos entendidos como cualquier padre lo tiene con su hijo cuando este está entre los 13 y los 18 y estuve muchas veces tentado en iniciar una de las riñas características entre padre e hijo.

Graciosamente, cuando mi padre empezó a separarse de mi madre, fue cuando más nos unimos. Me dí cuenta de que él, al igual que todos, no era más que una persona asustada por la VERDADERA soledad. Nos volvimos confidentes, pues yo tampoco lograba entender a mi madre y sus nuevas ideas religiosas.

Cuando finalmente mi madre logró ahuyentarnos, mi padre fue el único que estuvo conmigo, el único que sabía en donde vivía yo y fue el único que pudo en realidad contarme sus temores, sus necesidades y sus dolores en las largas noches de soledad en un pequeño apartamento en el que la única compañía que tenía era la de las cucarachas.

Mi padre ha sido, a lo largo de los años, la constante de autoridad y mucho, muchísimo cariño. Pasó de ser el hombre que me obligaba a estudiar, al hombre que lloraba cuando me contaba que aún extrañaba a mi madre (por fortuna, eso ya no ocurre, y le agradezco en el alma a Odi, la nueva esposa de mi padre, por haberle dado lo que tanto necesitaba: amor y compañía).

No creo que pueda ser capaz de expresar todo lo que mi padre me inspira, pero puedo dejarles las frases que le dejé en una tarjeta que le hice hace unos cinco años:

"Después ser cómplice de mis locuras, después de soportar mis juegos infantiles y ya no tan infantiles, después de pasar de ser mi padre a ser mi mejor amigo,... sólo queda un nuevo sueño por perseguir: si los niños (mis hijos) llegan a sentir por mí, la mitad de lo que siento yo por mi padre, sé que podré considerarme el hombre más amado de todo el mundo"

Juzguen ustedes lo que siento por él. Por eso, si me preguntan cuánto tiempo ha de vivir mi padre, la respuesta será siempre: PARA SIEMPRE

Gracias papá, realmente te quiero muchísimo TOMÁS ALBERTO CHÁVEZ ROSALES.

Firma: TU HIJO

8 comentarios:

Raúl Marín dijo...

Lo dicho.
Me recuerda lo de mi post de mi padre. Lo mejor es dar el reconocimiento cuando se puede, y no quedarse con eso dentro.
Saludos.
P.s Pronto escribire ese mail. Y, gracias de antemano por la atención.

Nasty Heroes dijo...

@Raúl: Espero haberle demostrado ya lo que siento por él, pero no, definitivamente no me voy a quedar con eso.

Saludos Raúl y espero ese correo.

JC dijo...

Conmovedor

Nasty Heroes dijo...

@JC: Gracias, es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

@Virginia: Pues sí, se siente bonito.

Litzardo Rivas dijo...

los recuerdos son una parte extraña de ese mundo que nos impone, un padre es siempre el milagro inesperado de un silencio,
es un abrazo miradas profundas que coleccionan poco a poco el closest de nuestros recuerdos

Nasty Heroes dijo...

@Litzardo: Bravo, bravísimo, jamás lo hubiese podido decir de una forma tan maravillosa.

Gracias por tu visita.

Carlos Abrego dijo...

Alberto:

Me ha conmovido mucho la carta a tu padre. Pues para mí es eso tu escrito.

Por mi parte, yo me fui del país y nunca más volví a ver a mi padre, a mi madre. Pero siempre anduvo conmigo. Con mi madre por lo menos pude hablar con ella, por teléfono.

Cordialmente,

Carlos.

Unknown dijo...

@Don Carlos Ábrego: Gracias por darse la vuelta por aquí don Carlos, y sí, creo que es algo que siempre quise escribirle a mi padre, pero creo que ya se lo demostré y se lo sigo demostrando.

Creo que es muy cierto, los padres siempre andan ahí, en donde sea que uno se encuentre, bueno es que pudo hablar con su mamá.

Saludos