Dead she said - Guión de Steve Niles, Dibujo de Bernie Wrightson
Bien, hay que decir que la historia es por demás sosa, pero vale la pena solo por ver al maravilloso e incomparable Bernie Wrightson haciendo de las suyas con sus dibujos y tintas.Pero vamos por partes, como dijo Jack el Destripador: Joe Coogan es un investigador privado, alcohólico y lleno de enemigos, no solo por su profesión un tanto ideal para crearse enemigos, como maridos investigados y llevados a sus
esposas con el letrero de "mentiroso" o "traidor" o "mujeriego". Coogan, una buena mañana, despierta después de, según él, una enorme borrachera, pero se da cuenta que el dolor que tiene en el abdomen no es cosa de una simple resaca. Se da cuenta de que le han pegado un tiro y que, peor aún, las tripas se le están saliendo por el agujero, tanto por delante como por detrás (sip, así de crudo y gráfico, pero vamos, que es Wrightson, que se le vale, que hasta eso se le ve bonito). Pero junto a todo lo anterior, se percata de que tiene enormes dificultades para moverse, es decir, tiene Rigor Mortis. Que está muerto, vamos y pese a todo, se sigue moviendo.
Comienza a hacer investigaciones y descubre/recuerda que estaba siguiendo a un doctor y que, al final, había descubierto que no le era infiel a su esposa, sino, simplemente un adicto al trabajo. Al mismo tiempo, comienzan a darse hechos un tanto extraños en algunas partes, como secuestros o muertes.
Joe Coogan averigua que el doctor le había pagado a un viejo conocido para que lo matara a él, Coogan. Aquello le suena extraño, pues no había logrado descubrir ninguna infidelidad por parte del científico, por lo que decide ir a la casa de aquel que lo había matado para preguntarle la razón por la que el condenado doctor lo había contratado para matarlo. Al llegar a la casa de susodicho, se da cuenta de que ha sido partido por la mitad, pero además descubre el arma homicida, que parece una daga, pero hecha de un material que desconoce.
La policía irrumpe en el apartamento del muerto y se lo llevan para hacerle algunas preguntas, así que se quedan con el arma homicida. Sin embargo,
Coogan debe ir con una vieja conocida, a la que le pide con un pequeño problema: la piel se le está cayendo y los órganos internos comienzan a entrar en estado de putrefacción. La amiga de Coogan le quita los órganos y en vez de sangre le inyecta formaldehído, es decir, que practicamente lo embalsama.
Entre tanto, el científico que mandó matar a Coogan tiene en su laboratorio una enorme casa para hormigas, que luego resulta ser, precisamente eso, para, obvio, hormigas gigantes, que están recolectando humanos para que sirvan de alimento a todas las nuevas crías de hormigas, que resulta ser, precisamente el proyecto del científico, y la razón por la que manda matar a Joe Coogan, creyendo que sabía algo más que su vida privada.
Como es de esperar, Coogan llega con toda la intención de cobrar venganza por su muerte (aunque siga por ahí dando lata está muerto, hombre, bien muerto… o
casi), y finalmente lo consigue y se da cuenta que, además de las hormigas gigantes, hay un experimento adicional que es un gigantesco monstruo que está formado por varias cabezas y cuerpos de los humanos robados por las hormigas. En fin, que Coogan hace explotar el lugar y acaba de esa manera con todos los experimentos del científico loco (vamos, que a estas alturas ya se le puede llamar así)
Al final, algunas personas se han acercado al entierro de Coogan, mientras la amiga de Coogan y él mismo, ven desde lejos, teniendo Coogan solo algunos restos de cara, y casi todo el esqueleto visto.
Y nada más. No hay mucho más que decir de esta cortísima historia (75 páginas, o algo así), pues eso es todo en cuanto a su trama. Sin embargo, es un disfrute absoluto ver cada panel de la historia, dibujado por Wrightson, que es lo que hace que esto valga la pena.
Y nada, si lo puede conseguir, hágalo y léalo, vale la pena, al menos visualmente hablando.
Si no la puede conseguir, la puede bajar desde el siguiente enlace:
https://comicalt.wordpress.com/2017/10/15/muerto-dijo-ella/
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