16 CAPÍTULO XVI
Al escuchar lo que Iandro acababa de decir, Shapper se adelantó,
furioso, sacando su arma, dispuesto a inmovilizar al muchacho atrevido
que acababa de ponerse presuntuoso. Presuntuosos a él… a él que no los
soportaba, a eĺ que podía cortarles las alas sin ningún problema, a él
que había sido entrenado para poner a raya a cualquier presuntuoso.
Al decir estas palabras, todos los presentes, incluyendo Isaac, dieron un paso atrás, casi sin darse cuenta. Solo Shapper permanecía en ese estado aletargado.
Iandro hablaba con calma, casi con tristeza, sin darse cuenta de que uno de los agentes que acompañaba a Shapper se había acercado y llevaba en su mano el inmovilizador.
»No es fácil de entender al principio, sobre todo si tienen en cuenta que no he tenido más que algunas horas… días, digamos, para comprender todo esto, incluyendo el recuerdo que resultaba inexistente hasta hace solo unos días, borroso hasta el día de ayer y completamente claro el día de hoy, con todo y lo improbable que esto resulte. »Lo cierto es que la única explicación plausible es que este recuerdo haya sido implantado, borrado y condicionado a ciertos factores para poder salir a la luz, y dichos factores han sido precisamente los que se han puesto en práctica en estos últimos días. En fin, que soy el único…
En ese momento, vio cómo el agente saltaba hacia él blandiendo el inmovilizador. Y siendo que el evolucionado Leopoldo había sido advertido de no intervenir, se quedó quieto al ver sus movimientos. El agente blandía el inmovilizador en la mano izquierda y tomó tan por sorpresa a Iandro, que se vio obligado a caer al suelo, cubriéndose la cara.
Aquél no era un ser normal, aquél no era un ser humano.
- Suficiente muchachito, esto te va a quitar los ánimos de presumir.
- Adelante, agente - dijo Iandro con calma - le prometo que mis amigos aquí presentes no le van a hacer nada, acérquese.
- No pretendo presumir de nada, señor agente. Cuando digo que tengo el poder de controlarlos, no estoy siendo presuntuoso, estoy simplemente presentando una declaración fáctica, un axioma que no admite contradicciones, me temo. Soy un ser con un poder inigualable tanto en la zona norte como en la sur. Pero eso no significa que quiera utilizar ese poder… o que yo haya pedido ese poder. No señor agente, soy lo que soy y no puedo negarme a mí mismo.
Al decir estas palabras, todos los presentes, incluyendo Isaac, dieron un paso atrás, casi sin darse cuenta. Solo Shapper permanecía en ese estado aletargado.
- ¿Qué le has hecho al agente Shapper? - preguntó Isaac, recuperando lo mejor que pudo su tranquilidad.
- Tranquilo, señor Isaac, está vivo, consciente y sin problemas, solo digamos que está inmovilizado, simplemente porque quería demostrarle… demostrarles a todos que lo que dije no era una burla o un acto de presunción, sino una realidad ineludible.
Iandro hablaba con calma, casi con tristeza, sin darse cuenta de que uno de los agentes que acompañaba a Shapper se había acercado y llevaba en su mano el inmovilizador.
»No es fácil de entender al principio, sobre todo si tienen en cuenta que no he tenido más que algunas horas… días, digamos, para comprender todo esto, incluyendo el recuerdo que resultaba inexistente hasta hace solo unos días, borroso hasta el día de ayer y completamente claro el día de hoy, con todo y lo improbable que esto resulte. »Lo cierto es que la única explicación plausible es que este recuerdo haya sido implantado, borrado y condicionado a ciertos factores para poder salir a la luz, y dichos factores han sido precisamente los que se han puesto en práctica en estos últimos días. En fin, que soy el único…
En ese momento, vio cómo el agente saltaba hacia él blandiendo el inmovilizador. Y siendo que el evolucionado Leopoldo había sido advertido de no intervenir, se quedó quieto al ver sus movimientos. El agente blandía el inmovilizador en la mano izquierda y tomó tan por sorpresa a Iandro, que se vio obligado a caer al suelo, cubriéndose la cara.
- HACKING - gritó Iandro y en aquel momento, todos los presentes, todos sin excepción, vieron cómo sus miembros se paralizaban y dejaban de percibir el entorno de forma normal, todo pasaba a tener contornos demasiado pronunciados, luces demasiado brillantes y parecía que estuviesen expentantes, como esperando a que algo sucediera, algo que ni ellos mismos sabían qué podría ser.
Aquél no era un ser normal, aquél no era un ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario