miércoles, 9 de marzo de 2016

Hacking. Capítulo 14


14 CAPÍTULO XIV

Comenzaron a avanzar con infinita precaución y recelo. Intentando distinguir en aquella oscuridad carente de energía eléctrica en la mayoría de aquellas calles en las que el alumbrado público había sido o bien destruido o bien, simplemente inhabilitado.
Las lámparas bioluminiscentes que portaban los oficiales no era suficiente para una superficie oscura tan grande. Estaban diseñadas para lugares en los que la electricidad y el alumbrado de las calles era siempre un hecho, un axioma, algo que nadie hubiese pensado jamás en no tener. Isaac, que avanzaba decidido pero igualmente con temor, estaba plenamente seguro de que el "presentimiento" de Shapper era una realidad, aunque no alcanzaba a comprender del todo el por qué sabía, con certeza que era cierto. No veía nada, no escuchaba nada, pero sabía que estaban ahí.
  • ¡AHÍ, QUÉ ES ESO! - El grito de uno de los oficiales que los acompañaba sacó a Isaac de sus cavilaciones y asustó a todos los demás.
  • Cálmese Tomris - le dijo secamente Shapper, quien parecía calmado pero mantenía la vista clavada en lo que tenían enfrente.
  • ¿Usted sabe lo que son? - preguntó Isaac a Shapper.
  • Que más quisiera, caballero, pero no tengo ni la menor idea.
Lo que tenían frente a sí era algo que no habían visto jamás. Debajo de la única fuente de luz en varios metros, estaban unos seres delgados, que o bien volaban o bien se mantenían suspendidos en el aire con algún mecanismo que Isaac, un experto en el tema, no conocía. Aquello lo mantenía atemorizado, pero también motivado, emocionado por estar en presencia de aquello. Aquellos seres tenían ojos o al menos algo que los simulaba en medio de una cara alargada totalmente inexpresiva, muerta, carente además de una boca. Tenían alas o algo parecido, pero que no se movían para mantenerlos en el aire, por lo que Isaac descartó la idea de que fuesen la razón para estar en el aire. El cuerpo podía pasar por un cuerpo humanoide, si no fuese por la extrema delgadez, que dejaba de lado la posibilidad de tener algún tipo de órganos entre el pecho y la espalda.
  • Señor, ¿cree que nos ataquen? - preguntó uno de los oficiales, con toda seguridad buscando algo a lo que asirse, más que para constatar algo que ninguno de ellos sabía.
  • Digamos que si quisieran atacarnos, es muy probable que ya lo hubieran hecho - dijo Shapper, con un deje de duda.
  • Algo es seguro - le dijo Isaac - nos han estado vigilando desde que pusimos un pie en el suelo. Sin embargo también hay algo seguro, no pueden ir mucho más alto en el aire de lo que ya se encuentran.
  • ¿Cómo lo sabe? - Preguntó Shapper.
  • Porque de ser así, estaríamos invandidos de estos seres del lado norte, ¿no le parece?
  • Puede ser, pero eso, en estos momentos, no me da ninguna tranquilidad. Avancemos - le dijo por fin al resto.
Comenzaron a caminar en dirección hacia aquellos seres, casi contanto los pasos, esperando ser atacados en cualquier momento. Sin embargo, llegaron a estar practicamente junto a ellos, sin dejar de, o al menos esa impresión les daba, ser vigilados con mucha atención por aquellos seres voladores… o levitadores. Cuando llegaron lo suficientemente cerca, uno de ellos levantó la mano izquierda. Todos ellos se quedaron petrificados. Al levantar la mano, había emitido un sonido bastante molesto, chirriante, como cuando un par de junturas metálicas se mueven y producen un sonido molesto. No dijeron nada, simplemente les hicieron saber que no podían dar un paso más.
  • ¿Y ahora qué hacemos? - preguntó uno de los oficiales.
  • Quedarnos quietos, Tomris, a no ser que quiera usted ver lo que sucede si no se hace lo que ellos dicen.
Aquello sirvió como calmante. Todos parecieron aceptar aquello como algo que era así. Sin más. Hasta Isaac pareció aceptar la lógica de Shapper sin ponerla en duda. Se había dado cuenta de que aquel hombre, con todo su cinismo y practicidad, era en realidad lo suficientemente inteligente como para no ser imprudente y lo suficiente valiente como para saber el momento de imponerse ante los demás para mantener la calma.
  • Bien - dijo Isaac - no podemos movernos más. Acepto su lógica, no hay que arriesgarse en vano, pero hay demasiado que necesita respuestas.
  • De acuerdo, caballero - dijo Shapper con una sonrisa - pregúntele a ellos, a lo mejor le responden.
  • Sabe que, de hecho, ya lo había pensado - y diciendo esto, Isaac comenzó a caminar hacia el que tenía la mano en alto.
  • ¡¿PER QUÉ DEMONIOS ESTÁ HACIENDO?! - gritó Tomris, el oficial más atemorizado de todos.
  • Cállese Tomris - dijo Shapper con calma, con lo que Tomris, sin más, se calló.
Isaac llevaba las palmas de las manos dirigidas hacia el grupo de seres voladores en señal tranquilizadora, mostrando que no llevaba nada escondido. No sabía si es que le iban a responder o no, pero tenía que intentarlo.
  • Hola - dijo Isaac con tranquilidad - No voy a ir más allá, tal y como me lo han pedido. Pero me gustaría hacer algunas preguntas, con la esperanza de que puedan ustedes darme las respuestas.
No hubo ninguna respuesta, ningún movimiento por parte de los interpelados.
  • Solo son dos preguntas - continuó Isaac - la primera es, ¿saben ustedes en dónde está un joven que responde al nombre de Iandro? y la segunda, si es que ustedes lo saben, es ¿qué son ustedes?
Los seres, como antes, quedaron quietos, silentes, uno de ellos con la mano levantada. Luego de un buen rato, fue Shapper quien le dijo a Isaac:
  • Déjelo, caballero, estos no saben hablar.
  • No, para el que no los entiende - dijo una voz de detrás de los seres voladores - y siendo que ustedes no los entienden, déjenme responderle a sus preguntas, señor Isaac: Iandro está aquí - y diciendo esto, Iandro salió de detrás de los seres, todavía con las vendas cubriendo sus heridas - y la respuesta a sus segunda pregunta es un tanto más complicada de entender. Usted preguntó qué eran y la única respuesta plausible es una: ellos son su evolución.

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