Sin la más mínima de las dudas, Sabina es mi cantautor favorito... mi artista musical favorito, por sobre cualquiera.
No hay forma de que yo pueda ser imparcial cuando "hablo de Joaquín", así que no me crea mucho de lo que tenga yo que opinar sobre el libro de Joaquín Carbonell, otro cantautor, además amigo de Sabina.
Pues bien, el libro es un viaje por mucho de lo que ha sido la adultez y la transformación de Joaquín Ramón Martínez Sabina en la mega estrella Joaquín Sabina, capaz de, siendo un cantautor, llenar estadios de importancia, como la Bombonera de Argentina.
Asistimos a una biografía que comienza prácticamente con un Sabina exiliado en Inglaterra y regresa a España cuando Franco ha muerto, pero sus secuelas han quedado y él, reaccionario, al menos en ese entonces, vive al filo de la legalidad siendo parte importante del elenco de La Mandrágora, un bar emplazado (soterrado) en el sótano de un edificio, en el que junto a Javier Krahe y Alberto Pérez, conforman la gran atracción del lugar.
Carbonell es capaz de recopilar gran cantidad de anécdotas que logran bosquejar al artista que ha sido de siempre, un personaje capaz de infundir un profundo cariño (casi devoción), aunque de repente se aleje y no quiera ni contestar las llamadas telefónicos de sus más íntimos.
Amigo de la noche, sincero hasta lo indecible, sin tapujos, sin máscaras, ex drogadicto confeso, con una mala salud de hierro que logra contarnos historias que se meten, que calan, que nos hacen sonreír o llorar, sintiendo que cada palabra de esa canción nos la está cantando a nosotros, así, sin más, logra describir Carbonell a Sabina, con sus lujos, con sus triunfos, con sus defectos, con sus temores.
Este libro es un interesante trabajo de humanización, si es que eso es necesario, de un mito viviente que logra despertar pasiones en cada extremo pasional que pueda existir.
Amén de dar muchos datos interesante (por ejemplo, confieso que yo no sabía que la letra de "Como un dolor de muelas" no es de Sabina, si no una declaración de amor de, ni más ni menos que el Sup comandante Marcos, hacia una mujer), el libro hace un recorrido no lineal de las vivencias, padecimientos, amores, etcétera de este paladín de los sentimientos que es Joaquín Sabina.
En fin, ya le dije que no me crea la imparcialidad en esta, el libro es fantástico y el más que recomendable que lo lea (remítase a mis advertencias).
Si al igual que yo, es usted "Sabinómano", este libro le va a encantar :)
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