domingo, 19 de diciembre de 2010

Viaje a la Playa

Pues en mis vacaciones nos fuimos mi esposa y yo (solitos) a la playa a un conocido hotel de playa... el cual no es, ni de lejos el centro de este post.



La playa es uno de esos lugares en los que uno puede fácilmente recordar cuán pequeño es. Una inmensidad de agua, totalmente incontrolable, que ejerce siempre una especie de efecto hipnótico en la gran mayoría de seres humanos.

En los dos días que pasamos en contacto con el océano, pude darme cuenta que (nada que no supiese ya de por sí), por mucho que nos esforcemos, no logramos igualar la belleza de la naturaleza.


Por supuesto, la compañía, por sobre todas las cosas, fue lo mejor del viaje, siendo, por supuesto que fui con Eva y que pasamos juntos todos mis días de vacación. El paisaje, la compañía, el bravura/calma del mar, el sol en nuestros cuerpos, la frescura de las noches... cómo poder explicar lo bueno que fue el viaje que hicimos.


Dicen por ahí que la caricia del mar en nuestros cuerpos es una de las terapias más relajantes que se pueden tener. Puedo dar fe de ello, después de recibir algunas olas en el cuerpo.

Por supuesto, las caminatas por la playa no podían faltar, y pese a una molesta lesión en mi tobillo derecho (quién me manda a mí a querer ser jugador no profesional de basketball), disfruté cada milímetro de la playa, cada palabra dicha, cada rayo del sol en mi espalda.

Finalmente, claro, no podían faltar las fotografías del bellísimo atardecer:





 




Y bueno, finalmente, ese tipo de fotografías que no pueden faltar:


Y esta niños, ha sido nuestra aventura por las playas de El Salvador :).

Salutos a todos!!

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